Estoy a medio camino de mi recuperación y con una
disminución visual que me llevó a cambiar mis hábitos: mi computadora ahora me
lee todo y yo escribo, gracias a mi dactilografía sin mirar mucho la pantalla y
con letra enorme para no forzar tanto los ojos. No quiero dejar este espacio y
seguiré pero con mis limitaciones. Nunca pensé que una conjuntivitis podía
afectar las córneas por años y que el mundo estaría detrás de una especie de
vidrio empañado. Lo único que me preocupa es mi trabajo ya que tengo que leer
muchísimas páginas porque soy profe. A pesar de todo, y poniendo esperanza al
asunto, ha sido una de las etapas más productivas en cuanto a la escucha de
libros. Se me han acumulado muchas reseñas que iré compartiendo poco a poco. Algunas
historias han sido preciosas y otras me hicieron reír mucho.
Dejo el dato de un programa
espectacular llamado textaloud, que
me ha salvado del aburrimiento, cuenta
con varias voces no metálicas y que lee todo lo que la computadora es capaz de
copiar.