miércoles, 23 de abril de 2014

Offtopic

Un saludo para todos quienes se pasan por mi blog. Aviso que estaré alejada debido a una conjuntivitis hemorrágica que me tiene mal desde hace un mes y no me permite leer y me cuesta mucho escribir. Estoy escuchando audiolibros que me han pasado y espero poder pronto compartir mis impresiones de escucha, en este caso. Besos y buenas lecturas. Gaby

miércoles, 16 de abril de 2014

IMM # 1 o IAMB #1



Ando siempre perdida con las siglas que provienen del ahorro de la frase completa en el idioma inglés como: LOL, IMM, BRB, etc. Inclusive dos letras pueden significar ojos llorosos: QQ, que yo pensé que era “cucú” como el pajarito. Poniéndome en órbita e intentando sumarme a los tiempos del hoy, ya se me escapan las modernidades, nominaré a estas entradas de ingresos a a mi biblioteca, ya sea libros  en papel o digital: IMM o lo que es lo mismo, IAMB.
He conseguido algunos libros que hace rato quería leer y estoy contenta de tener a Samuel Beckett y a Günther Anders. Sobre este último, aún estoy tratando de conseguir “El  piloto de Hiroshima” pero no lo he visto, o estaba por las nubes, ni en las páginas de libros usados online.
         Y sin darle más vuelta, los recién llegados son:


EL CONFIDENTE


Título: El confidente
Autor: Helene Gremillon
Año: 2012
Editorial: Grijalbo
Género:  Ficción - Novela
ISBN 9788425347559
Páginas: 272

Sinopsis editorial

La primera carta parecía un error. Pero a partir de entonces, todas las semanas, Camille recibe una de esas misteriosas cartas. Se trata de unas misivas anónimas que poco a poco le revelan una apasionante historia de amores imposibles ocurrida cuarenta años atrás, durante la ocupación alemana de Francia, la historia de dos mujeres que lucharon por el amor de un mismo hombre y por la misma hija. Pero ¿por qué este enigmático confidente ha decidido revelar ahora esta historia?«Una novela fascinante, con el trasfondo de la Segunda Guerra Mundial, que desnuda el alma de los personajes en una eclosión de sentimientos.» Libération «El lector queda literalmente capturado por esta historia de la Francia ocupada.» Le Figaro Littéraire «Somos testigos de amores no confesados, de odios ocultos y de venganzas que acarrean consecuencias. La autora escribe a dos tiempos y narra a dos voces. Uno queda doblemente fascinado por un libro que nos llega directamente al corazón.»


EL VALLE DEL ASOMBRO


Título: El valle del asombro
Autor: Amy Tan
Año: 2014
Género: Ficción - Novela
Editorial: Planeta
Páginas: 688
ISBN: 9789504938637



Sinopsis editorial

La espera ha valido la pena. Amy Tan, aclamada autora de El Club de la Buena Estrella,regresa con una maravillosa novela de madres e hijas, logros y pérdidas, secretos y deseos. 1912, Shanghái. Violeta es la hija adolescente de Lulú, una estadounidense propietaria de la mejor casa de cortesanas de la ciudad. Siempre a cabal lo entre dos mundos, y viendo cómo Lulú evita hablar del pasado, Violeta no acaba de encontrar su lugar, y está convencida de que su madre no la quiere. Pero antes de que puedan arreglar sus diferencias ambas serán víctimas de un engaño que las separará, llevando a Lulú de vuelta a San Francisco y convirtiendo a Violeta en cortesana. Años después, y como si el destino fuera una condena a la que no pueden escapar, Violeta sufrirá también los reveses de la suerte, y se dará cuenta de que su única oportunidad de encontrar la felicidad pasa por enfrentarse al pasado, compartir sus secretos y profundizar en la compleja relación entre madres e hijas.




DETRITUS


Título: Detritus
Autor: Samuel Beckett
Año: 1978
Editorial: Tusquets Editores
Género: Ficción - narrativa
ISBN: 9788472230606



Sinopsis editorial

No en vano Jenaro Talens, quien preparó la edición de este volumen, la tituló Detritus:“residuo de la descomposición en partículas de una masa sólida”(definición del Casares). En efecto, aquí se recogen los brevísimos textos en prosa y la poesía que Samuel Beckett, Premio Nobel 1969, escribió desde los años 50 hasta 1976 y que, por cortos, jamás pudieron leerse como un todo en el contexto de su obra, sino únicamente en publicaciones periódicas dispersas. En realidad, una vez terminada toda su obra“extensa”(Malone, Murphy, Molloy y Watt), que fue rechazada en su momento por 42 editores, y desde el éxito inesperado de Esperando a Godot, cuando Beckett ya tenía 47 años, prácticamente no volvió a escribir más que“partículas”,“briznas”, textos que no hacen más que corroborar esta reflexión, suya:“Al término de mi obra, sólo queda polvo: lo nombrable”. De hecho, como bien observa Talens en su prólogo:“toda la trayectoria que cubre la escritura beckettiana podría describirse como la historia de un lento e inexorable proceso de degradación, de pérdida, de desposeimiento. (...) Si aceptamos que el lenguaje es una forma de entender cuanto nos rodea y, en consecuencia, de poseerlo, los textos beckettianos pretenden mostrar lo endeble de esta proposición, y, aun más, su imposibilidad, negándose a“representar la farsa de dar y recibir”.”Pero cuando Beckett se niega, lo que niega es la validación de un camino que no lleva a parte alguna, no el acto de caminar, ni la posibilidad de que un camino (distinto) conduzca a algún lugar. De ahí que él mismo afirme:“Lo que digo no significa que, en el futuro, no haya forma artística alguna. Sólo significa que habrá una nueva forma de arte, y que esta forma será de tal género que permitirá el desorden y que no intentará decir que el desorden es en el fondo algo distinto. (...) Encontrar una forma que contenga la confusión es, en la actualidad, la tarea del artista”.


NOSOTROS LOS HIJOS DE EICHMANN


Título: Nosotros Los Hijos De Eichmann. Carta abierta a Klaus Eichmann
CARTA ABIERTA A KLAUS EICHMANN
Autor: Günther Anders
Año: 2010
Género: Filosofía
Editorial: Paidós
Páginas 116 paginas
ISBN: 9788449324024

Sinopsis editorial

Este libro recoge las dos cartas que Günther Anders dirigió al hijo de Adolf Eichmann, en las que se pone de manifiesto que el silencio y la pasividad frente a la injusticia son una forma más de culpabilidad.
Adolf Eichmann fue el principal responsable del transporte de los judíos a los campos de exterminio nazis. En esta carta abierta al hijo de Eichmann, Klaus, Günther Anders aborda, con la pasión que le caracteriza, este terrible período de la historia, y en ello se basa para recordarnos que estas ignominias no son patrimonio exclusivo del pasado, pues todos somos hijos del mundo de Eichniann: el mundo del exterminio sistemático, cuyos monstruosos efectos superan nuestra capacidad de comprensión. De ahí el peligro de que lleguemos a funcionar como engranajes de esas mismas máquinas, sin resistencia y sin conciencia; de que nuestra fuerza moral claudique ante su poder y de que cada uno de nosotros se convierta en otro Eichmann.
En la segunda carta Anders escribe: 'Es cierto -y ello fue horrible- que durante años Stalin permitió que se produjeran innumerables víctimas. Sin embargo -y no tenemos derecho a ocultar esta diferencia-, a Stalin jamás se le ocurrió la idea de una liquidación industrial de masas humanas, o más exactamente, la idea de una producción sistemática de cadáveres, tal como Hitler y su padre hicieron realidad. Ni uno solo de los historiadores alemanes que, adoptando un punto de vista parcial, han participado en la 'Disputa de los historiadores', ha osado imputar a Stalin algo similar...'.

Gabriela Lago - Owiwi Owo

sábado, 5 de abril de 2014

Los pichiciegos de R. Fogwill








Título: Los pichiciegos. Visiones de una batalla subterránea.
Autor: Rodolfo Fogwill
Año: 2006
Editorial: Interzona
Páginas: 160
ISBN: 9789871180288



SINOPSIS EDITORIAL

Esta quinta edición de Los pichiciegos es fiel a los borradores que, mimeografiados en el Hospital Albert Einstein de São Paulo, circularon entre críticos y editores antes de la rendición argentina de junio de 1982. La primera publicación se distribuyó después de la asunción del gobierno civil y fue elogiada por su realismo y pacifismo, pese a que el autor hizo imprimir la advertencia de que se trataba de un experimento de ficción, compuesto antes de los primeros testimonios de los combatientes y que no era una novela contra la guerra, sino contra las modalidades dominantes de concebir la guerra y la literatura. La obra debió esperar doce años para que la crítica reconociera su propuesta: en el curso de su ensayo sobre verdad e historia en el cine, publicado en 1994, la profesora Beatriz Sarlo anuncia su relectura de Los pichiciegos observando que 'la novela no quiere demostrar nada y sus personajes no están en condiciones ideológicas ni discursivas para reflexionar. Los pichis carecen absolutamente de futuro, caminan hacia la muerte y, en consecuencia, sólo pueden razonar en términos de estrategias de supervivencia' y concluye su extenso análisis afirmando que 'la novela de Fogwill produce esta verdad de la guerra en Malvinas'. Pero, al escribirla, estaba lejos del autor cualquier preocupación sobre el acontecimiento. Como decía por entonces -digo-, estaba escribiendo sólo acerca de mí, de la revolución, la contrarrevolución, el amor, el comercio, la democracia que sobrevendría.





Rodolfo Fogwill escribió la novela durante el desarrollo de los hechos que narra, en tan solo tres días, y la terminó antes que concluyera la guerra, en el año 1982. La novela, como dice la sinopsis, trata sobre la guerra de Malvinas ocurrida en el contexto de la dictadura militar argentina. Un grupo de soldados, unos veinticinco,  abren una cueva subterránea para ocultarse de la guerra y el título de la novela hace alusión al pichi, mamífero que construye galerías subterráneas, habita bajo tierra y es ciego. El autor dice en una entrevista: “Escuché “pichiciegos” por primera vez en 1980 en una celda de la Cámara Federal de la calle Viamonte, donde nos hacinábamos más de 20 presos a la espera de turno para comparecer ante los jueces. A las nueve de la noche se cortaba la luz y entonces de a poco las conversaciones se iban apagando y se hablaba cada vez en voz más baja para no enojar a los malhumorados guardias. Entre delincuentes de todo tipo, había dos menores, catamarqueños, que habían llegado a Buenos Aires y los confundieron con unos  ladrones conocidos. Los chicos estaban desesperados. A veces lloraban” (Ir a la fuente)




—El pichi es un bicho que vive abajo de la tierra. Hace cuevas. Tiene cáscara dura —una caparazón— y no ve. Anda de noche. Vos lo agarras, lo das vuelta, y nunca sabe enderezarse, se queda pataleando panza arriba. ¡Es rico, más rico que la vizcacha!




Durante la historia, el autor apela a la comparación entre las costumbres del pichi y los humanos, incluso narrando ciertas acciones como si se tratase de la observación de un etólogo. También la forma en que describe el entorno nos sumerge en un ambiente hostil y triste: nieve amarilla y pegajosa, un “mar aguachento”. No hay belleza sino supervivencia.


…varios muchachos se habían desbarrancado por culpa de la nieve jabonosa y marrón. Y no había flores ni árboles ni música. Nada más viento y frío tenían afuera.

El desafío será sobrevivir bajo tierra, aguantar la sed, conseguir comida.  Acciones que uno lleva adelante con rutina, sin pensar, ahora se tornan el centro de la vida: dónde se defeca, dónde se ponen los muertos, qué se hace con la oscuridad, cómo se higieniza el cuerpo sin agua, qué se hace con el silencio, qué se hace con quienes sobran. Aparecen normas, se ordena, afloran líderes, saberes previos, se acuñan términos (“pichicera”, “helados”); un grupo humano que comienza a funcionar como una sociedad en sí misma, jerárquica y ordenada y hasta desordenada.


…afuera, andando siempre de noche y en el frío, la luz duele en los ojos. Alguien alumbraba la cara y los ojos se llenaban de lágrimas, dolían atrás, y enceguecían. Después las lágrimas bajaban y hacían arder los pómulos quemados por el sol de la trinchera. Escaldaban.


Viene de estar tanto callado que cuando se halla en el calor empieza a hablar.

Los pichis no están al margen de la guerra ni son espectadores. Están en la guerra, son partícipes de la guerra: intercambian información de la ubicación de las minas por comida, vitorean la caída de un misil, abren la cueva para algunos y la cierran para otros. No se puede estar en una guerra y estar al margen. La supuesta “neutralidad” es ya un posicionamiento y en general se tuerce para el lado del más fuerte. Para los pichis los militares son de la misma especie ya sean ingleses o argentinos. Ellos son pichis, adquieren otra identidad en la guerra. No tiene peso moral fumarse un cigarrillo inglés o escuchar un tango. No hay significación nacionalista porque los pichis son pichis, establecen un límite entre los demás y ellos, aspecto que lleva a reforzar los procesos identitarios.


Me gustó la forma de narrar recuperando el habla argentina y coloquial ya que me permitió meterme en la vida de esos jóvenes, en su padecimiento, en sus enojos y en sus diálogos, no desde afuera y a la distancia, sino como uno más. Quizás sea difícil para quien no es argentino comprender los guiños y ciertas alusiones a hechos y personajes históricos. Incluso va más allá y reproduce el habla de la época desde distintas clases sociales y regionalismos, la siempre vigente separación entre los porteños y los del interior del país.  La lectura es rápida, amena y no nos detiene. Según el mismo autor la obra podría leerse como “una alegoría sobre el sistema cultural argentino”.
En el transcurso de la historia, van apareciendo los motivos de estar allí en medio de una guerra, la sinrazón de quien está por cuestiones del azar: porque nació en determinado año, porque se había quedado sin trabajo, porque le pagan. No es personal. Nada es personal. No es por vos ni por mí. Se lucha por una guerra cuyo único objetivo es ganar pero sin saber el para quién y ni siquiera por una tierra donde se vivirá, ni por personas que se conocen. La muerte de cada uno es tan inútil como estúpida, ejemplo de un rapto del cuerpo donde es obligado a estar ahí, a matar y a pervivir. Ninguno quería estar ahí. Y hasta también podríamos agregar que se mata por divertimento: ¿qué sentido tiene disparar contra quienes ya se han rendido y cuando la guerra ya se ha ganado?


—Es notable —dijo García—, los tipos mueren, pero los relojes siguen andando…


Cruzar el campo a pie da miedo, porque se sabe que allí pegan los cohetes y se arrastran por el suelo —todo quemado— como buscando algo. Los que andan por ahí están siempre temiendo y se les notan los ojitos vigilando a los lados. Muchos se vuelven locos. Un cohete explotó a un jeep: cuentan que cada uno de esos cohetes británicos les cuesta a ellos treinta veces más caro que los mejores jeeps británicos.

Hay varios pasajes que me aportaron una manera interesante de contar, con una descripción pegada a la experiencia de quien mira pero desconoce el nombre exacto de las cosas. También podría interpretarse como el desconocimiento del lenguaje técnico, bélico, de quien observa. Así describe la caída de un paracaidista usando términos como “un fierrito”, “un globito”. También la forma en que describe cuadro a cuadro, las imágenes estáticas que se vuelven dinámicas por su proximidad, como cuando narra la muerte de una oveja al pisar una mina. 


Me he amigado con Fogwill. Anteriormente había hablado de “Una pálida historia de amor”, texto que no me convenció.

Es una lectura dura pero imprescindible para adentrarnos no en una guerra particular sino en la guerra. Todas las guerras, según mi punto de vista, se parecen. Cuando se habla de guerra se habla de muertos, siempre humanos, pero en la guerra se pierde mucho más que vidas “homínidas”. Luego de la guerra queda un hueco de destrucción inhabitable, un espacio agujereado y negro, un lugar de no-vida por el que se van todas las especies. Somos responsables de esto, del desarrollo de un poderío que vacía de vida. Uno de los términos que podría describir lo anterior es “ecocidio”. La guerra nunca se termina con la paz.




Los tipos llegan a oficiales y cambian la manera. Son algunas palabras que cambian: quieren decir lo mismo —significan lo mismo pero parecen más, como si el que las dice pensara más o fuese más.

Tiene que haber una guerra para darse cuenta de esto.

—La guerra tiene eso, te da tiempo, aprendes más, entendés más… Si entendés te salvas, si no, no volvés de la guerra. Yo no sé si volvemos, Quiquito —le decía—, pero si volvemos, con lo que aprendimos acá: ¿quién nos puede joder?

¡Si ya habían visto más muertos y muertes que las que se podían pensar habían pasado en este mundo desde que es mundo!

Vas con ese miedo, natural, constante, repechando la cuesta, medio ahogado, sin aire, cargado de bidones y de bolsas y se aparece una patrulla, y encima del miedo que traes aparece otro miedo, un miedo fuerte pero chico, como un clavito que te entró en el medio de la lastimadura. Hay dos miedos: el miedo a algo, y el miedo al miedo, ese que siempre llevas y que nunca vas a poder sacarte desde el momento en que empezó.


Es que el miedo suelta el instinto que cada uno lleva dentro.


Pero pelear, pelear, en realidad, nadie sabía.

El olor a oveja reventada por una mina es parecido al olor de cristiano reventado por una mina: olor a matadero cuando se carnean animales y llegan los peones que les trabajan en el vientre para hacer achuras.

¿O te crees que la guerra es tirar y tirar? La guerra es otra cosa: ¡es método! Y ellos tenían el método

Quedaban en el suelo los cuerpos, las ropas deshechas, algunos quemados y todos con el guante derecho crispado alrededor del papelito con el contrato de rendición, como si fuera entrada intransferible para el gran teatro de los muertos.





Gabriela Lago – Owiwi OwO

miércoles, 2 de abril de 2014

Lectura de hoy: Los pichiciegos de Fogwill



‘Nuestros hijos fueron enviados a un lucha que no eligieron, decidida por un gobierno que no eligieron, para la cual no estaban preparados. El conscripto es un ciudadano que interrumpe sus estudios, sus trabajos, para cumplir con su servicio militar obligatorio. El no eligió la guerra‘. (“Los chicos de la Guerra” de Daniel Kon)





Tengo pendiente la lectura, entre tantas que ya ni renové la lista en el blog porque juro que me apabulla, el libro de Fogwill, “Los Pichiciegos”, que comenzaré a leer hoy, novela ambientada en la guerra de Malvinas y escrita en 1983 y que estaré reseñando en estos días. ¿Por qué comenzar hoy? El 2 de abril en mi país se conmemoran a los veteranos y caídos en la guerra de Malvinas en 1982, cuando Argentina estaba transitando una dictadura militar. Como manera de “unir” al pueblo argentino para mirar para otro lado y dejar de girar el rostro hacia los desaparecidos, intentaron crear un “enemigo” en común y dio resultado. Salieron y salimos a las calles a gritar “las Malvinas son argentinas”. Luego de años de imposición de silencio, de la imposibilidad de gritar en la calle, de juntarse abiertamente, se nos abrió la puerta. El Mundial del 78 fue otro claro ejemplo. ¿Hubieran muerto tantos en Malvinas sin la dictadura militar? La pregunta queda para la historia conjetural.
No es mi intención una entrada chauvinista y patriotera, no quiero resaltar valores patrióticos que no me los creo. Pienso que la guerra es una actividad que demuestra la incapacidad de resolver los conflictos de otra manera que no sea arrasando con bombas y dejando la tierra destruida y bañada de sangre. En la guerra mueren no solos personas sino todos los seres y las cosas que se cruza en el camino. Se destruye en unos pocos minutos lo que a la vida le llevó miles y miles de años construir.



         Siempre que pienso en Malvinas, pienso en los jóvenes que fueron enviados por los militares de nuestra dictadura a luchar. Era morir en el frente o que te desaparezcan las Fuerzas Armadas. Así fueron muchos jóvenes de 18 años a luchar por unas islas que nunca habían pisado, lejos de sus familias y de su hogar. Muchos quedaron ahí. Muchos aún hoy vivos quedaron ahí, y lo peor, muchos siguen adelante al margen de una sociedad y con todo el horror de la guerra encima. La mayoría eran conscriptos entre 18 y 19 años. En ese entonces todo varón de 18 tenía la obligación de asistir al Servicio Militar. No tenían elección. 


         Yo tenía unos doce años. Recuerdo que mi padre guardaba los periódicos y quería ir a la guerra, ofrecerse como voluntario. Nos contaba que él hizo el servicio militar y que le habían enseñado a manejar armas. También recuerdo la locura de la gente destruyendo todo lo que decía “inglés” como un monumento o una farmacia. Y el miedo: ¿Qué pasará si nos invanden acá? Ya los sacamos a los ingleses con aceite hirviendo, que vengan que le vamos a dar. Y otros dichos por el estilo.
         También recuerdo los chocolates que comprábamos para enviar a los chicos de Malvinas, como los llamábamos. No teníamos dinero. Éramos pobres pero nosotros, niños, enviábamos nuestras golosinas para que ellos soporten el frío en las islas. Y le poníamos notitas de aliento y dibujos debajo de la cubierta del chocolate para que “nuestros chicos” se comieran el chocolate mientras leían palabras de aliento enviadas desde kilómetros de distancia. Buscando información encontré la historia de un soldado que guardó muchas de estas cartas que le enviaron los niños y que, luego de años, comenzó la búsqueda de sus autores. Un niño de doce años le escribió: “Espero que estés bien y que no tengas miedo…”.  (Leer nota completa




Sobre el resto de las colectas para ayudar a los combatientes luego supimos que los donativos fueron a las cuentas de las Fuerzas Armadas y los hicieron lingotes de oro. Como toda guerra no solo deja muertos sino enriquecidos y este último objetivo también es bélico (Leer nota completa).


Yo nací en 1969 y a los tres años comencé a hablar de guerra. Le preguntaba a mi padre por “la bomba”. Hablaba de la guerra mundial y del horror sin haberlo visto ni en la tele. Tenía miedo de una bomba. ¿Es cierto papá que hay una bomba que destruye todo y no queda nada?  Sí, me decía mi papá y hasta me regaló un libro de historia donde observé, en fotos, a los muertos. Cuando veía un avión tenía pánico de que vomite una bomba. Sentía una nostalgia anticipada por todo lo muerto en potencia. No entendía la guerra. Aún no la entiendo. Tampoco entiendo los dichos de Obama al recibir el premio Nóbel de La Paz, hablando de la guerra como acto de pacificación sin caerle en su conciencia ni uno de los niños muertos que dejó su acto “pacifista”.  Dejo algunas frases extraídas del discurso mencionado, discurso que refleja y resume la situación y el pensamiento actual del mundo occidental:

-Pero quizá el asunto más controversial en torno a mi aceptación de este premio es el hecho de que soy Comandante en Jefe de un ejército de un país en medio de dos guerras.
-De todos modos, estamos en guerra, y soy responsable por desplegar a miles de jóvenes a pelear en un país distante. Algunos matarán. A otros los matarán. Por lo tanto, vengo aquí con un agudo sentido del costo del conflicto armado, lleno de difíciles interrogantes sobre la relación entre la guerra y la paz, y nuestro esfuerzo por reemplazar una por la otra.
-Bueno, estas interrogantes no son nuevas. La guerra, de una forma u otra, surgió con el primer hombre. En los albores de la historia, no se cuestionaba su moralidad; simplemente era un hecho, como la sequía o la enfermedad, la manera en que las tribus y luego las civilizaciones buscaban el poder y resolvían sus discrepancias.
-La capacidad de los seres humanos de idear nuevas maneras de matarse unos a los otros resultó ser inagotable.
- El comercio tejió lazos entre gran parte del mundo. Miles de millones han salido de la pobreza. Los ideales de libertad, autonomía, igualdad y el imperio de la ley han avanzado a tropezones. Somos los herederos de la fortaleza y previsión de generaciones pasadas, y es un legado por el cual mi propio país legítimamente siente orgullo.
- Sí, se han librado guerras terribles y se han cometido atrocidades.
- No traigo hoy una solución definitiva a los problemas de la guerra.
-Habrá ocasiones en las que las naciones, actuando individual o conjuntamente, concluirán que el uso de la fuerza no sólo es necesario sino también justificado moralmente.
-Decir que la fuerza es a veces necesaria no es un llamado al cinismo; es reconocer la historia, las imperfecciones del hombre y los límites de la razón.
-Entonces, sí, los instrumentos de la guerra tienen un papel en mantener la paz.
- No hay duda de que el desarrollo rara vez echa raíces sin seguridad.
 


Decir que la guerra surge con el primer hombre es nefasto y coloca a la guerra actual en nuestra “naturaleza” humana. Hay grupos humanos que han vivido sin cargar un muerto de la guerra. Intentar justificar un acto actual remontándonos al surgimiento de nuestra humanidad, colocándolo en la historia “universal” constituye una estrategia de justificación ya hábilmente utilizada por varios dictadores. ¿Cómo sabe que no se cuestionaba la moralidad de la guerra? ¿Qué Estados Unidos también construyó la máquina del tiempo y viajó a la comunidad de los primeros Homo sapiens?  Ni siquiera lo que dice tiene fundamento en el sentido común. También es alarmante que al recibir un premio por la paz solo hable de la guerra. Si recibe un premio por la paz debiera compartir a la humanidad su aporte de cómo resolvió los conflictos y que nos ilumine, no que nos hunda en el horror de la muerte y la destrucción. Y si no tiene aportes, que no acepte el premio.


Las Malvinas puede ser leído como un símbolo del imperialismo y el colonialismo ya que conquistar territorios es beneficioso para las potencias que buscan recursos y accesos a nuevas vías de ellos, como la ruta que lleva de Malvinas a la Antártida. Los recursos son los peces, el petróleo, las personas y tanto más. ¿Qué sucederá si se derrama petróleo en la zona? ¿Quién y qué sufrirá el impacto de las negligencias petroleras como tantas veces nos han demostrado? ¿Qué sucederá, luego de la rapiña, con las personas que viven en la isla y sus recursos son llevados hacia el otro lado del planeta?


La guerra también nos deja conmovidos con las historias que aparecen de aquellos que buscan a sus seres queridos, aquellos que murieron poniendo el cuerpo por salvar a otro, aquellos que aún de tanto horror pueden seguir como el caso del hijo de un piloto muerto en Malvinas que encontró al militar inglés que mató a su padre. Cuando murió su padre, él tenía diez meses de edad. El periodista que lo entrevistó le preguntó si no encontraron el cuerpo de su padre y el hijo responde: Nunca. Quedaron en el agua. Yo voy al monumento en El Palomar y sé que no hay nada. Cuando fui al cementerio en Malvinas busqué su placa, vi el nombre, y sabía que no había nada. Mi contacto es con el agua. Siento que ellos están ahí en continua vigilancia de las islas. (Leer la  nota completa)

No aprendimos nada. Miles de años sobre el planeta como especie “sapiens”, sapiente, sabia, única en manejo de símbolos, y no aprendimos nada. Seguimos enterrando a nuestros seres queridos luego de las bombas y de las armas. Millones de muertos. Genocidios. Vidas partidas por la mitad.

         

Cierro esta entrada con  la letra de la canción de León Gieco, Para la vida, banda de la película “Iluminados por el fuego”. Y también cierro el post con la esperanza de un futuro sin guerras.




Estoy aquí sentado, bajo del pequeño sol
el que nos vio águila y también gorrión.
¿Que hacer con el silencio cuando la cabeza estalla?
¿Cómo parar la impotencia de no poder hacer nada?
Porque querer matar a tus hijos
es para que duela años la sangre.
Ayer por no querer a la patria,
y ahora por quererla demasiado.
Leyes viejas, más genocidas
mal presagio para la vida.
Con la luz llena de sombras,
y con el sol en sufrimiento
vuelvo a mi casa de rodillas,
y aquí mis amigos muertos.
En un país enfermo, todas las cartas sobre la mesa,
jugando juegos perversos, entre fútbol y guerra.
Sangre de gloria, odio contra amor
dioses y bestias, locura y dolor.
Abriré las puertas de este vacío
porque el destino me lanzo hacia arriba.
Leyes viejas, más genocidas
mal presagio para la vida.
Insistiré con un mar de rosas,
y construiré sobre cenizas.
Tendré un sueño nuevo en mis manos
y lucharé para que sea justicia.
Las mejillas de mis hijos en mis labios,
y encontraré en sus ojos un nuevo descanso.
Leyes viejas, más genocidas
mal presagio para la vida.


Gabriela Lago – Owiwi Owo
 



martes, 1 de abril de 2014

Liebster Award - nominaciones



Agradezco mucho  por las nuevas nominaciones y que pensaran en mi blog a: Casi lector,  a Una chica más, Eve de M de magia y a Nico de Imaginando otros mundos. Y acá van mis respuestas todas juntas.


 MIS RESPUESTAS

Preguntas de Casi Lector.
1. En 3 palabras. ¿Qué es para ti la lectura? Es una ventana a un mundo alternativo. Es una manera de pensar mi propia cotidianidad.
2. ¿Cuál es tu actual lectura? ¿Qué te parece hasta el momento? Ahora estoy leyendo varias cosas al a vez, como siempre. Estoy leyendo la poesía completa de Alejandra Pizarnik y es conmovedora y lúcida. También estoy terminando Insurgente de Verónica Roth.
3. ¿Cuál es el género literario que más te gusta? Poesía.
4. Si pudieses revivir a un autor de algún libro clásico y discutir sobre alguno de sus libros, ¿Cuál autor sería y por qué? Quizás a Dosteievski para discutir sobre “El gran inquisidor”.
5. ¿Cuál es el libro que más veces has releído? El diario de Adán y Eva de Mark Twain.
6. ¿Cuál es el libro que no le prestarías a nadie por más que te lo pidieran? Sonetos de amor de Julia Prilutzky Farny porque era de mi mamá.
7. ¿Lees en ebook/pdf? ¿Crees que es una buena alternativa a la lectura? Sí, leo mucho  y es una buena alternativa porque ahorra papel. Creo que será la única alternativa de lectura que tendremos en el futuro ya que el papel será un bien suntuario. Se calcula que en unos diez años tendremos que haber cambiado nuestros hábitos porque el daño ecológico del planeta será catastrófico.
8. ¿Te han contado (spoileado) el final de un libro antes de que lo termines? Sí. Y ni hablar con películas. Hay quienes comentan una trama con el final, por ejemplo, ahhhhhh ese es el que muere el niño.
9. ¿Cómo sería tu libro perfecto? ¿Sobre qué trataría? Sería un libro que conjugue emociones más pensamiento, que me conmueva y me haga pensar. Sobre el tema no tengo idea, si está bien escrito puede tratar de cualquier cosa.
10. ¿Cuál fue el libro que más rápido has leído? Seguro que alguno de poesía porque son cortitos. Creo que el más rápido fue Mamushkas de Roberta Iannamico.
11. Nombra tu TOP 3 de las mejores lecturas que has tenido. Tuve muchas buenas lecturas, al menos esas que te conmueven y no te dejan despegarte del libro. Cien años de soledad de Gabriel García Marquez está entre mis favoritas. Recuerdo que mientras estudié antropología me obligué a no leer literatura así que compraba libros y los guardaba para cuando termine de estudiar. Mientras preparaba un examen final tomé, para despejarme, Cien años de soledad y no lo pude largar. No me presenté al examen pero me leí el libro. También podría nombrar: la obra poética de Olga Orozco, El diario de Adán y Eva de Mark Twain, Tener o ser de Erich Fromm… Se me hace difícil elegir solo tres.


Preguntas de Una chica más

1.¿Por qué te gusta leer? Porque es una manera de conocer un mundo alternativo. Porque me sorprende y me conmueve y me permite pensar sobre mi propia vida.
2.¿Si tuvieras que vivir en un libro, cuál sería? Me gustaría vivir en “Los hijos de la tierra” la saga de Jean Auel para conocer como era nuestra vida en los orígenes y ver un planeta sin ciudades. De niña quería vivir dentro de “Mujercitas”.
3.¿Qué libro te atrapó en serio? ¿Por qué? Me han atrapado muchos libros y siempre es porque me permiten entrar por el espacio que el autor deja en silencios, porque los personajes son creíbles, porque la historia es interesante.
4.¿Cuál sería tu novio literario perfecto? Últimamente no he sentido amor platónico por ningún protagonista masculino. Recuerdo hace mucho la lectura de Pompeya de Robert Harris y me gustó mucho el protagonista por la valentía y su erudición.
5.¿Cuál libro te ha hecho llorar y por qué? Leí hace poco “La habitación” de Emma Donoghue y me hizo llorar mucho porque la historia es triste y tierna y está protagonizada por un niño. También lloré con “Metamorfosis en el cielo” de Mathias Malzieu.
6.¿Cuál es tu reacción cuando se muere tu personaje favorito? La misma que como si se muriese un amigo.
7.¿Qué personaje matarías si fuera tu decisión? A todos los malévolos. Cuando leo me dan ganas de que mueran casi como un acto de justicia.
8.¿Cuál es tu autor favorito? ¿Por qué? Muchos. No puedo elegir solo uno. Me gustan cómo escriben: Mark Twain, Gabriel García Marquez, Mathias Malzieu, Olga Orozco, Horacio Castillo, Michael Foucault, Erich Fromm, y un largo etcétera.
9.¿Cuáles son los tres mejores libros que has leído? La respuesta es igual a la 11 de Casi lector.
10.¿Cuál es tu libro favorito? Tengo varios y según los años voy sumando favoritos pero el que más he releído es “El diario de Adán y Eva” de Mark Twain.
11.Si te pones en la situación del personaje principal del libro que estás actualmente leyendo ¿qué harías? Pondría a salvo a quienes  amo y a mí misma. Estoy leyendo Insurgente de Verónica Roth.


Preguntas de Nico de Imaginando otros mundos.

1: ¿Con que libro te introdujiste a la lectura?
Eran unas enciclopedias para niños que mi mamá me regaló cuando tenía cinco años o cuatro años. Con ellas comencé a aprender a leer con ayuda de mi mamá. Luego leí cuentos para niños. Para mi cumple número 6 o 7 me habían regalado cuentos de Disney con un disco con canciones y la narración del cuento. El que más recuerdo fue “Cenicienta”.

2: ¿Cual fue el mejor libro de género distópico que leíste?
No he leído muchas distopías pero me gustó Multiverso de Leonardo Patrignani.

3: ¿Y cual fue el mejor de fantasía?
“Alicia en el país de las maravillas” porque disfruté mucho cuando mi mamá me lo leía por la noche de a pedacitos.

4: ¿Qué son para vos los libros?
Otra manera de ver el mundo. Un espacio alternativo, una invitación a la reflexión.

5: ¿Cual te pareció la mejor adaptación cinematográfica echa hasta ahora?
Hay varias pero “El pájaro canta hasta morir” fue uno de esos casos que supera al libro porque está mejor contada la historia sin tantas bifurcaciones que llenan páginas y páginas con personajes secundarios. Además, sentí que la novela había terminado cuando iba por el 80% de la lectura. Sentí que todo lo que seguía era relleno y que se podría haber quitado. 

6: ¿Y la peor?
Ahora no me viene a la mente ninguna.

7: ¿Que libro estas leyendo actualmente?
Insurgente de Verónica Roth y Poesía Completa de Alejandra Pizarnik.

8: ¿Con que personaje literario te casarías?
Aún no lo he encontrado pero recuerdo con cariño al profesor Henry Higgins en Pigmalión de George Bernard Shaw.

9: ¿Qué genero literario te gusta más?
La poesía

10: ¿Prefieres leer en tu casa o al aire libre?
En mi casa

11: ¿Qué prefieres: tomo único o sagas/trilogías?
Tomo único. Leer las sagas, me encanta, pero no dispongo del tiempo para leer todo.


Preguntas de Eve de M de magia

1. ¿Lees más sentado o acostado/a?
Sentada. Antes leía acostada en mi cama y me encantaba pero ahora me duermo ya que suelo leer luego de llegar del trabajo.
2. Libro cortito o laaaargo.
Depende. Si el libro tiene el largo justo no me importaría leerme mil hojas.
3. ¿Hay alguna saga o trilogía que no vayas a continuar?
No sé si leeré este año el último libro de “Divergente” de Verónica Roth porque el libro segundo, Insurgente, se me hizo pesadísimo.
4. Imagina que mañana te vas de viaje a un lugar lejano y necesitas empacar 5 libros imprescindibles, ¿Cuáles serían?
Me costaría mucho elegir cinco pero optaría por libros que quisiera leer desde hace mucho, algunos que tengo en mi enorme lista de libros pendientes de lecturas: El libro del desasosiego de Pessoa, La montaña mágica de Thomas Mann, Seda de Baricco, Detritus de Becket, La balsa de piedra de Saramago.
5. Enséñanos tu estantería o al menos una parte de ella. (Me encanta ver fotos de estanterías :)
Tengo un lío bárbaro porque tengo dos estanterías para muchos libros así que los pongo en doble fila y encima los voy apilando.
6. Abre tu actual lectura en una página x y escribe la primera frase que leas.
Estoy leyendo desde hace tiempo la poesía de Alejandra Pizarnik pero un libro por semana porque es una lectura muy dura por su agudeza y dolor. Acá van versos al azar de Poesía completa.
Arpa de silencio / en donde anida el miedo, poema “Miedo”, página 201.
7. ¿Hay algún autor que te caiga mal o detestes? Cuéntanos más.
En realidad me desagrada Bukowski. He visto un documental donde él leía sobre un escenario con un balde para vomitar al lado porque no se podía tener de tan borracho. Cuando lo miraba me preguntaba si él no estaba parodiándose a sí mismo a tal punto de mostrar lo que todos quieren ver, el poeta doloroso y casi muerto, el poeta que sufre y se emborracha, el poeta trasgresor. Luego, me he ido encontrando a émulos de Bukowski por ahí y quienes se toman fotos con mujeres desnudas y con alta carga de agresividad sexual, o muestran su lado más “rebelde” en una foto de su trasero en primera plana. Me repelen estas imágenes tanto que me cuesta leer sus libros. También me ha sucedido con un autor que se sacó una foto de él escribiendo sentado en el inodoro. Ahora no puedo leer su obra porque lo primero que se me viene en mente es él defecando. Ya sé que uno no debería juzgar la obra por aspectos de la vida de un autor, cosa que los mismos autores sostienen, pero luego exponen aspectos de su vida íntima como medio propagandístico tan solo para hacer conocer la obra, lo cual es contradictorio.
8. Recomienda una página web que no tenga nada que ver con libros.
Me gustan mucho los videgames. En estos momentos estoy jugando Rift. Antes fue en el Forsaken World, el Wow, etc. Recomiendo una página donde comentan y reseñan videgames, Mmohut. Además hacen videos en youtube donde muestran los primeros minutos del juego conocidos como “first look”. Es una página muy completa que visito cada tanto.
http://mmohuts.com/
9. ¿Lees más en verano o invierno?
En verano porque las vacaciones son más largas. Leo muchísimo en vacaciones y cuando comienzo a trabajar, como tengo que leer mucho pero textos científicos, no puedo leer literatura lo cual me deja con una carga bastante fea, hasta negativa, porque leer literatura me despeja, me hace feliz.
 10. Y hablando de invierno ¿Hay algún libro que recomiendes para leer en esa época en que hace mucho frío, con una taza de té al lado?
Diste con la imagen perfecta: invierno, libro, té o café. Y se vienen en mente: lluvia, tardecita, acolchado mullido, mis dos gatos, el silencio, estufa, frío. En ese entorno creo que puedo recomendar “Cien años de soledad” de Gabriel García Marquez.
11. Alguna manía o maña con respecto a tus libros.
Anoto mucho a los márgenes en lápiz. Cuando una frase me gusta le hago una marca al costado. Cuado un poema me gusta mucho le hago una cruz encerrada en un redondelito. Cuando algo me sorprende, al costado, le dibujo un signo de exclamación. Cuando algo no lo entiendo, un signo de pregunta. Mis libros tienen muchos símbolos que yo solo entiendo. Cuando pierdo uno de estos libros o no me lo devuelven, siento que perdí más que un libro, perdí algo que lleva algo mío, una parte de mí.


MIS PREGUNTAS

Me he quedado sin ideas para preguntar así que inventaré algo: “esto o lo otro”,

1.Entrás a una máquina especial parecida a un ascensor pero bien diminuto. Una voz te dice: hola elegido/a has sido seleccionado/a para meterte en una trama de novelas durante todo un día. Por favor, aprete el botón de su elección. Botón rojo: Alicia, sí, la misma del país de las maravillas. Botón verde: Dorothy, sí, la del mago de Oz. ¿Qué botón apretarás?
2.Dos puertas del destino al final de un largo corredor blanco (lo he visto en tantas películas!!!). Una dice “supervillano”; la otra dice “superhéroe”. ¿Cuál abrís?
3.La poesía de Neruda o la de Alfonsina Storni.
4.Una nave a punto salir desde nuestro planeta hacia un mundo alienígena porque a nuestra Tierra le queda una planicie arenosa con una gota de agua. Subís a la nave que lleva a Arrakis (Dune de Frank Herbert) o la de Solaris (de Stanislaw Lem).
5.¿Divergente o Los juegos del hambre?
6.¿Juegos de tronos o El señor de los anillos?
7.Estás en un callejón perseguido por una horda de descontrolados. En el callejón hay nada más que un teléfono público especial que permite materializar personajes de ficción. Tenés una moneda en tu bolsillo, o sea, solo podés hacer una llamada.  ¿A quién llamás para que salga de una historia y te ayude a luchar con la horda?
8.¿El mar de Moby Dick o el mar impenetrable de El señor de las moscas?
9.Un hada madrina toca la ventana de tu habitación por la noche y se queda flotando afuera mientras abrís una hoja de la ventana. Asomás la cabeza y la mirás con sorpresa hasta que ella te dice: estoy aquí para ayudarte a encontrar al amor de tu vida. Saltá hasta mí que yo te transformo en todo lo necesario para asegurarte que él o ella quedará enamorado/a ni bien te vea. ¿Qué hacés? Decís siiiiiii  y saltás de la ventana como si fuera un trampolín de agua o te agachás, agarrás una pantuflas y la bajás de un pantuflazo a esa que te quiere arrojar a la vida dual de un amor eterno o, última opción, le preguntas “el éxito está asegurado”?
10. ¿Tan segura como Jo de Mujercitas o tan fuerte como Tris de Divergente?
11.Tenés que tatuarte una frase en tu cuerpo. ¿Cuál de estas elegís?:
-“El miedo no te apaga; sino que te despierta. ” (Verónica Roth).
-“Hacer cada día un naufragio para vivir.” (Erinque Solinas)
-“La vida dura unos cuantos rasguños en la arena” (Wislawa Szymborska)


BASES DE PARTICIPACIÓN
1- Agradecer al Blog que te ha nominado y seguirlo. (Tengo un problema con sumarme como seguidor desde hace días, me aparece un mensaje que surgió un problema. Parece como que está anulado el servicio. Seguiré intentando o buscaré alguna alternativa)
2- Responder a las 11 preguntas.
3- Nominar a 11 Blogs que tengas menos de 200 seguidores y avisarles.
4- Realizar 11 preguntas a los Blogs nominados


MIS 11 NOMINADOS
Noticias sobre los juegos del hambre.


Gracias a todos por nominarme :)

 Gabriela Lago. Owiwi Owo
 




Bobblehead Bunny