jueves, 19 de diciembre de 2013

Multiverso, Leonardo Patrignani



Tiempo soy entre dos eternidades. / Antes de mí la eternidad y luego
de mí, la eternidad. E1 fuego; / sombra sola entre inmensas claridades.
Carlos Pellicer






Título: Multiverso
                    Autor: Leonardo Patrignani
                                Año : 2013
                                          Páginas: 304
                                                         Editorial: B de Block (Ediciones B)



Multiverso significa: “múltiples universos”. El término ha sido acuñado en 1895 por Williams James. No es solo pensable para quienes escriben novelas sino que los científicos postulan que es posible que existan diversos universos simultáneos, llamados por algunos como dimensiones alternativas. ¿Fascinante o terrorífico? La Gabriela de un mundo alternativo estará escribiendo, será docente o será otra cosa; quizás fue más valiente y pudo ir más allá de mis posibilidades tangibles.
         Elegí la novela por el título. Multiverso me sonó a Metaverso, esos mundos virtuales donde uno es encarnando un avatar. Además la historia me pareció interesante. No he podido largar la novela y la leí en un día. Apenas me levanté para unas tazas de café. El café y las novelas concretan una alquimia brillante.
         Jenny Graver y Alex Loria, los protagonistas, se conocen sin siquiera haberse visto. Jenny vive en Melbourne y Alex en Milán. Ellos son adolescentes, asisten a la escuela, los dos aman los deportes: ella, la natación y él, el baloncesto. Además comparten una manera de comunicarse: telepáticamente previo  desvanecimiento en trance. Durante años mantienen esta comunicación pero ellos quieren avanzar, verse, charlar, compartir el mismo espacio. Entonces, Alex decide ir al encuentro de Jenny. Luego de un viaje largo, por fin, están los dos en el mismo punto pero ¿por qué no se pueden ver? Todo el libro será la revelación de misterio.
         Cuando leí la sinopsis me dije que está revelando mucho. Luego comencé las primeras páginas y pensé lo mismo pero al final, el autor ha tenido un inicio acertado y ha llevado el suspenso hasta la última oración. Con agilidad, mucho dinamismo, uno quiere avanzar para saber más detalles de lo que sucede, corroborar o refutar las hipótesis que uno se va armando. Los personajes se despliegan sin fisuras, sostenidos con firmeza en el devenir de la historia que parece que nunca acabará de ir y de venir, de girar, de expulsarnos y volvernos a insertar en ella.
Pierde la verosimilitud en algunos momentos. Por ejemplo, cuando Alex sale del país tan solo con un pasaporte. ¿Cómo es que un menor de edad puede salir así tan fácilmente? Si el autor hubiera dejado en blanco la parte donde él sale y simplemente dijera: “luego de tantos engaños, pude salir de mi país”, ahí uno podría pensar hasta que pudo haber coimeado a alguien o llenar lo elidido con alguna otra fantasía. Lo mismo cuando se registra en un hotel. ¿Un menor solo? Podría haber metido un personaje secundario, un primo mayor de edad que lo acompañó y luego, en la ciudad, haberse ido por su cuenta.
La segunda parte de la trilogía se llama “Memoria”. Estar atentos. Yo estaré pendiente para continuar leyendo aunque la historia ha cerrado, ahora estoy intrigada cómo la seguirá el autor.
         La novela me encantó y me da dejado pensando que yo soy tantas anuladas y permitidas en mundos que se abren como abanicos. Y hasta siento nostalgia de todas las que no fui jamás.
          


       
 




◙ -¿Estás de acuerdo conmigo en que hay acontecimientos precisos en la vida de cada uno que cambian para siempre su curso? (…) Para cada uno de nosotros existen muchos diferentes momentos críticos”
◙ Yo no existo
◙ “Son todas líneas”, pensó y comenzó a ver a cada una de esas personas como una raya trazada sobre un hipotético mapa. Un gigantesco enredo de calles que se cruzaban, se rozaba, se unían y luego proseguían adelante.  Allí afuera, en los caminos del mundo, había miles de millones de líneas, de recorridos de vida. Miles de millones de direcciones. Calles enfiladas, desviadas por azar, a veces interrumpidas bruscamente. Pensó que dos enamorados no eran más que dos recorridos a merced del azar. Podían dibujar los trayectos más absurdos en el mapamundi, dirigirse a cualquier parte y no encontrarse jamás. O bien cruzarse también varias veces y no reconocerse. Podían tomar el mismo autobús todas las mañanas, sin saber nada el uno del otro. Así hasta el fin de sus días, sin relacionarse. Pero bastaba muy poco: un intercambio de frases, incluso casual, y las líneas se abrían mágicamente unido. Dos grises trazos de un solitario recorrido se habrían convertido en una sola calle compartida.

◙ Nos estamos buscando desde siempre







Leonardo Patrignani nació en Italia en 1980. Es escritor, actor y cantante. Formó parte de la banda Beholder. Desde 1999 es comentarista de EA sports.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Bobblehead Bunny